
Normalmente no suelo abrir la propaganda electoral que como todo ciudadano mayor de edad estoy recibiendo en estos días tan adorables. "¿Para qué?" siempre me pregunto. Pues bien, la semana pasada me dió por abrir el sobrecito del PSOE y llegué a dos conclusiones:
1. La próxima vez que abra los dichosos sobrecitos electorales es porque necesito desesperadamente papel de fumar y mi parálisis total me impide bajar al estanco de la esquina para comprar el dichoso papel.
2. No voy a votar al PSOE.
"Si no votas, no crees en tus ideas" Ésta es la perla con la que me encuentro. En ese preciso momento me surge la pregunta: ¿En qué ideas?. ¡Ah sí! Izquierdas/derechas, nacionalismo vasco/catalán/español, guerra sí/nó...etc. O quizás se refiera a mis ideas sobre vivienda, trabajo, inmigración...Éstas últimas son las que verdaderamente tienen valor para mí pero a la hora de votar son las que menos influyen. Todos los partidos políticos proponen una mayor accesibilidad a una vivienda digna, una menor tasa de paro... pero a la hora de la verdad, la vivienda va a estar igual de inaccesible esté el PP, el PSOE, el PNV o el partido de la Eva Hache. Se pueden dar soluciones a todos estos problemas, pero a la hora de la verdad todos los partidos políticos dicen las mismas sandeces. Para qué se van a esforzar en debatir y dar solución a todos estos problemas si a la hora de la verdad, a la hora del voto, la gente se decanta por cosas tan tristes e insignificantes como que un partido es de derechas o de izquierdas o si el otro es nacionalista vasco o en cambio es ultranacionalista español.
Con los partidos políticos pasa como con los equipos de fútbol. Quien es de derechas va a votar siempre al PP, diga lo que diga sobre el mercado laboral o hipotecario. Quien es nacionalista vasco va a votar siempre al PNV por mucho que en su panfleto se diga tal o cual sobre economía.
Si a todo ésto le sumas la intensa estupidez de los "líderes" de cada partido, votar y decantarse por alguien resulta intensamente difícil e incluso algo avergonzante. Cómo vas a votar a un tío que está pensando en un debate "cara a cara" retransmitido por televisión en nombrar antes que el contrario al oscarizado Javier Bardem, con el objetivo de contentar al "follonero" de Buenafuente y a toda su audiencia.
Concluyendo, más hechos y menos ideales. El día en que un partido se preocupe por lo verdaderamente importante para un país, que cuente con mi voto, ya sea ese partido de derechas, de ultraderechas, nacionalista o comunista. Hasta entonces señor Zapatero, aquí hay uno que no va a votar.